Mi perro tiene estrés
No solo los seres humanos podemos padecer estrés, situaciones estresantes que alteren nuestro normal comportamiento.CARLOS RODRÍGUEZ
El perro puede ver alterado su equilibrio comportamental por múltiples causas que deben ser valoradas y tratadas.
Es difícil hacer comprender a muchos propietario que su perro tiene estrés, que padece un problema de comportamiento, cuando todavía en la medicina humana se intenta evitar "el uso" de los profesionales de la psiquiatría y de la psicología.
Nuestro perro tiene su forma de ser, su "perronalidad"... cuando la situación vital en la que se ve inmerso difiere mucho de sus necesidades, aparecen los problemas: poco contacto con otros seres vivos, castigos "absurdos", cambios de domicilio...
El perro manifiesta sus alteraciones comportamentales de muchas formas, según sea la causa del problema: con miedo, con agresividad, rompiendo cosas en el hogar, con comportamientos higiénicos descontrolados...
Lo que sí debemos tener muy, pero que muy claro, es que el animal no efectúa esos comportamientos como venganza, para amargarnos la vida... ellos, por fortuna, no tienen ese "humano" comportamiento, ellos actúan así porque tienen un problema.
En demasiadas ocasiones, el propietario reacciona castigando al animal, intentando solucionar el problema por sus propios medios "y entenderes" o, aún peor, "ayudado" por los consejos de algún presunto experto.
Si nuestro animal presenta alteraciones de comportamiento, debemos acudir al veterinario; el profesional, lo primero, descartará que esa situación se deba a algún problema físico, orgánico... si no es así, el siguiente paso será ponernos en contacto con un veterinario especializado en comportamiento (etólogo).
Este profesional valorará la situación y nos planteará los posibles tratamientos (farmacológicos y de terapias de modificación de conducta) que sean necesarios.
Para conseguirlo, es más que posible que también tengamos que acudir a un buen educador canino, que pondrá en práctica las pautas que el etólogo recomiende.
Si nuestro perro está "estresado", no es para fastidiarnos, es que tiene un problema.
Pongámonos en manos de los profesionales.
Es difícil hacer comprender a muchos propietario que su perro tiene estrés, que padece un problema de comportamiento, cuando todavía en la medicina humana se intenta evitar "el uso" de los profesionales de la psiquiatría y de la psicología.
Nuestro perro tiene su forma de ser, su "perronalidad"... cuando la situación vital en la que se ve inmerso difiere mucho de sus necesidades, aparecen los problemas: poco contacto con otros seres vivos, castigos "absurdos", cambios de domicilio...
El perro manifiesta sus alteraciones comportamentales de muchas formas, según sea la causa del problema: con miedo, con agresividad, rompiendo cosas en el hogar, con comportamientos higiénicos descontrolados...
Lo que sí debemos tener muy, pero que muy claro, es que el animal no efectúa esos comportamientos como venganza, para amargarnos la vida... ellos, por fortuna, no tienen ese "humano" comportamiento, ellos actúan así porque tienen un problema.
En demasiadas ocasiones, el propietario reacciona castigando al animal, intentando solucionar el problema por sus propios medios "y entenderes" o, aún peor, "ayudado" por los consejos de algún presunto experto.
Si nuestro animal presenta alteraciones de comportamiento, debemos acudir al veterinario; el profesional, lo primero, descartará que esa situación se deba a algún problema físico, orgánico... si no es así, el siguiente paso será ponernos en contacto con un veterinario especializado en comportamiento (etólogo).
Este profesional valorará la situación y nos planteará los posibles tratamientos (farmacológicos y de terapias de modificación de conducta) que sean necesarios.
Para conseguirlo, es más que posible que también tengamos que acudir a un buen educador canino, que pondrá en práctica las pautas que el etólogo recomiende.
Si nuestro perro está "estresado", no es para fastidiarnos, es que tiene un problema.
Pongámonos en manos de los profesionales.

- Dar chocolate a los perros puede ser fatal. Un ingrediente del chocolate (teobromina), estimula el sistema nervioso central y el músculo cardíaco. Cerca de 1 kg. de chocolate con leche pueden matar a un perro de 22 kg. ( además corres el riesgo de que pierdan su ``esbelta ´´ figura)
Aunque cada vez son más los lugares que prohíben el corte de la cola del perro, todavía son muchas las personas en busca de información sobre los motivos por los que hay tanta controversia al respecto. ¿De verdad puede sufrir mi perro si le corto el rabito? ¿De verdad es tan contraproducente, pese a las ventajas estéticas que comporta? A continuación veremos lo que hacen nuestras mascotas con su extremidad.



Primero de todo no hay que confundir una reacción alérgica con una intolerancia alimenticia, esta última consiste en la no asimilación de alimentos por parte del sistema digestivo de nuestra mascota. No toda la comida que ingerimos los humanos pueden ser también comida por nuestro perro, los casos más claros suceden con la soja, las judías rojas poco hechas, ruibarbo, la cebolla, las espinacas, la remolacha, o el maíz, también pueden ser irritantes la carne de buey, los huevos de gallina, el pollo, los productos lácteos...
Si te has preguntado cómo hacer que un perro no ladre
La prevención de estos parásitos es fundamental durante todo el año y especialmente con la llegada del buen tiempo. A la hora de escoger el método más adecuado para evitar la presencia de estos parásitos, se tiene que tener presente las características del animal, su hábitat y costumbres. Según Roger Catalan Bravo, veterinario colaborador de Nestlé Purina, “el aspecto más complejo de la lucha contra los parásitos externos es la prevención en el entorno del animal, sea casa o jardín”. En Soy Manitas te mostramos cómo prevenir las pulgas y las garrapatas.
repelentes. Ambos grupos de productos pueden encontrarse en forma de spray, pipeta para unción y collar.
Cuando se habla de espigas, a uno le vienen a la cabeza imágenes florales que rara vez se corresponden con la amenaza que pueden suponer para sus mascotas. Por este motivo proponemos el siguiente artículo, que trata de echar algo de luz sobre los problemas que puede suponer que los animales (especialmente los perros, propensos a meter el hocico en todas partes) acaben poniéndose en contacto con ellas.