4 de agosto de 2012

Aprendizaje por imitación en el perro

Aprendizaje por imitación en el perro (1ª parte)

Son muchos los que sacan a un perro joven de cacería con un perro veterano, confiados en que el novato aprenda por imitación. ¿Realmente sirve para algo actuar así? ¿Aprenden los perros al ver el comportamiento de otro perro? La experiencia práctica, el día a día con los perros nos dice que, de aprender algo, no es precisamente lo que nosotros queremos que aprenda. Al animal joven, generalmente exuberante de energía, todo en el campo le llama la atención, se distrae. Las novedades que va descubriendo y, sobre todo, la presencia del otro perro le motivan más que la caza. El resultado suele ser una pérdida de tiempo, un perro veterano al que el cachorro no deja cazar y un cachorro que hace una fiesta de todo. Sin embargo la idea de que un perro puede aprender observando el comportamiento de otro perro no es equivocada. Hasta ahora no había pruebas científicas que lo confirmasen, pero esto ha cambiado recientemente. El perro está suscitando un interés científico hasta ahora inexistente y eso está alterando muchas de las ideas preconcebidas que se tenían sobre la especie.
El perro es, indiscutiblemente, una especie social. Hay pleno acuerdo entre los expertos sobre el hecho de que su dependencia social lo hace excepcionalmente consciente de la conducta de otros, y contribuye a su propia conducta y a su capacidad de aprendizaje. En las especies sociales se encuentra muy desarrollada la capacidad de observación y la capacidad de detectar que cosas llaman la atención de los otros (la información acerca de hacia dónde dirige su atención el otro procede fundamentalmente de la dirección de su mirada, ver mi anterior artículo “La mirada entre el cazador y su perro”), lo que supone un importante valor adaptativo para un individuo que vive en el seno de un grupo social, y de este modo puede predecir futuras acciones de sus compañeros. En definitiva, el perro es un “mirón”, constantemente observa el comportamiento de los otros, lo que hace que se beneficie tanto de los éxitos y errores de los otros perros como de los éxitos y errores que forman parte de su propia experiencia.  La cuestión es, ¿cuánto puede aprender un perro que observa la conducta de otro perro?
APRENDIZAJE VICARIO
El aprendizaje por imitación se llama en etología “aprendizaje vicario”, es la forma de adquirir conductas nuevas mediante la observación. Fue formulado por el psicólogo Albert Bandura, al comprobar que no todo el aprendizaje se logra experimentando personalmente las acciones. Dividió el aprendizaje en dos grupos, aprendizaje activo, los conocimientos que se adquieren al hacer las cosas, y aprendizaje social o vicario, el que se obtiene observando a los otros. La diferencia entre ambos es que el aprendizaje vicario tiene lugar inmediatamente, a diferencia del otro tipo de aprendizaje no requiere proceso gradual alguno. El proceso de aprendizaje vicario es dividido por Bandura en dos fases:
a) Fase de Adquisición.
b) Fase de Ejecución.
La primera fase es la de aprendizaje por observación, en ella se adquiere la información. No resulta necesario para que el aprendizaje se produzca que el observador ejecute inmediatamente la conducta que le es presentada por el modelo. En la segunda fase el sujeto imita la conducta observada. El aprendizaje vicario se consolida gracias a un refuerzo indirecto (llamado refuerzo vicario) En el caso del perro, la observación de las consecuencias que para el modelo observado tiene la conducta exhibida (premio/reforzamiento positivo o castigo/condicionamiento aversivo) hará que se modele su conducta y adopte o no dicho comportamiento. Para llevar a cabo un aprendizaje vicario tiene que prestar atención a lo más relevante del comportamiento, después debe recordar el comportamiento, y finalmente tiene que estar motivado (refuerzo positivo) para adoptar el nuevo comportamiento.
En el aprendizaje vicario está implicado un grupo de neuronas cerebrales muy particulares, que se conocen con el nombre de neuronas espejo, aquellas que controlan los actos imitativos, de las que hablará más adelante. Ahora la pregunta es: ¿Hay evidencias de que el perro puede aprender por imitación?
LOS PRIMEROS ENSAYOS
Empezaré por los trabajos de la doctora Friederike Range, especialista en cognición animal y desarrollo, por ser la primera en estudiar el asunto. Se formó como bióloga en la Universidad de Bayreuth (Alemania) y se doctoró en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). Está especializada en el estudio del comportamiento social y las capacidades cognoscitivas de simios y perros. En los últimos tres años ha trabajado sobre las capacidades de aprendizaje social e individual de los perros en el programa EDICI (Evolución, Desarrollo y Control Intencional de la Imitación), del que forman parte la Universidad de Viena, el Instituto Max-Planck, el University College de Londres y la Academia Húngara de Ciencias. Su investigación ha permitido comprobar que los perros son capaces de imitar de forma selectiva, es decir, no solo pueden imitar a otros perros, sino que según las circunstancias deciden si imitarles o no. También ha probado que la capacidad de imitar no tiene un origen innato (genético, de nacimiento), sino que se desarrolla como consecuencia de observar las acciones propias y de otros con los que se mantiene una interacción social.
Según el estudio de la doctora Friederike Range, las conductas de los perros pueden modelarse tanto por otros perros como por su propietario. El perro observa al otro y aprende a resolver problemas por imitación, sin necesidad de recurrir a la técnica de “ensayo y error”.  Un estudio que ha revelado una sorprendente similitud entre los humanos y los perros en el modo en que imitan las acciones de los otros. Un fenómeno conocido como “imitación selectiva”. Friederike Range estudió esta capacidad de imitación ejecutando una serie de ensayos con varios perros.
En el estudio, los perros se enfrentaron a la tarea de abrir un cajón que contenía alimento. Se utilizó una caja de madera (45 de alto x 60 de ancho x 25 cm de profundidad) con una puerta corredera en la parte delantera. En la puerta había un pomo (11 cm de largo x 2,8 cm de diámetro) para facilitar la apertura de la caja. Para alcanzar el alimento debían abrir la puerta. El comportamiento natural del perro en estas circunstancias es jalar de la manija con la boca o empujarla con el hocico y así lo hicieron todos los perros enfrentados al cajón cuando no se les había mostrado a priori como lo hacía otro perro. Friederike Range había adiestrado a una perra de raza border collie a usar la pata y no el hocico para abrir el cajón.
En el primer experimento participaron 19 perros. Se les permitió observar como la perra utilizaba una pata para correr la puerta y conseguir la comida. Cuando llegó el turno de los perros objeto de estudio la mayoría no usaron el hocico, sino una pata, exactamente como habían visto hacer a la perra.
En el segundo experimento participaron 21 perros diferentes de los anteriores. En esta ocasión la perra sostenía una pelota en la boca al tiempo que abría la puerta con la pata. Cuando llegó el turno de los perros, la mayoría de ellos utilizó la boca para abrir la puerta.
Los perros observaron que la perra utilizaba una pata en vez del hocico porque tenía una pelota en la boca y optaron por el método más sencillo para abrir la puerta, emplear la boca.  Los perros debieron pensar algo así como “resultaba absolutamente lógico que utilice una pata, ya que no quiere que se le caiga la pelota” Estaba claro que eran capaces de imitar con criterio selectivo. En otras palabras, cuando los perros vieron por qué razón la perra utilizaba una pata en lugar del hocico (porque tenía una pelota en la boca), optaron por el método más natural, emplear la boca. En cambio, cuando la perra no llevaba la pelota en la boca, los perros supusieron que debía haber otra razón para que utilizara la pata y por eso la imitaron. El modo en que los perros imitan se adapta al objetivo de la acción. Con este experimento se demostró por primera vez que los perros son capaces de imitar a otros perros y lo hacen selectivamente.
El siguiente paso fue comprobar si los perros podían imitar el comportamiento humano y para ello empleó el mismo cajón de alimentos, pero ahora los perros debían observar el comportamiento de su propietario y no el de un perro adiestrado. Cuando los dueños utilizaban la mano, el perro tenía que abrir la puerta con su pata para obtener el alimento. Si el dueño abría la puerta con su boca, el perro tenía que usar la boca. Un segundo grupo de perros tenía que aprender de forma inversa, cuando el dueño usaba la mano el perro tenía que usar la boca, y cuando el dueño usaba la boca, el perro empleaba la pata. Los perros del primer grupo aprendieron su tarea en cuestión de minutos, en tanto que los del segundo grupo tardaron varias horas, lo que demostraba que los perros tienen una predisposición a imitar los movimientos de sus dueños y a aprender al copiarlos.
CONFIRMACIÓN DE LOS RESULTADOS
Ensayos posteriores realizados por otros científicos han corroborado estas conclusiones. Un experimento similar fue realizado por el Departamento de Ciencias de la Universidad de California bajo el control de Lara S. Pede, sometiendo un grupo de perros a 130 pruebas diferentes. Concluyeron que los perros aprenden más rápido si ven a otro perro realizar la misma tarea y que se puede adiestrar a los perros con mayor rapidez a través del uso del aprendizaje vicario.
El estudio que ha suscitado más interés en la ciencia es el llevado a cabo por Adam Miklosi, del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös de Budapest (Hungría), dentro del proyecto “Famile Dog” subvencionado por la Unión Europea. En varios experimentos se comprobó que los perros aprenden con facilidad imitando a los humanos en diversas tareas, como superando una berrera en forma de V o la apertura de una caja con resorte. Ensayaron con perros que debían obtener una pelota depositada dentro de una caja. Los animales podían resolver la tarea de tres modos diferentes, empujando la caja, golpeando sus paredes o moviendo una palanca. Se colocaba al perro frente a la caja y su propietario utilizaba solo una de las tres posibilidades para obtener la pelota. El resultado fue que la mayoría de los perros utilizaron la misma estrategia que su propietario para acceder a la pelota. Los perros aprendían la tarea por imitación de los humanos.
FÁCILES DE EDUCAR
Su capacidad de imitar a los humanos es la razón por la que los perros están considerados como animales culturizados, es el resultado de miles de años de interacción social con los humanos. También de que los humanos sean muy aptos para modelar el comportamiento de los perros frente a tareas nuevas. El largo proceso de domesticación creó esta capacidad comunicativa interespecífica entre perros y humanos. Los perros copian las acciones humanas en el modelo “Haz lo que yo hago”, demostrando que son capaces de utilizar la información social proporcionada por los seres humanos para resolver problemas que se les plantean, ajustando su comportamiento en función del de los humanos.
3El perro es la especie animal más sencilla de adiestrar, tan sencilla que está al alcance de cualquiera sin conocimiento ni experiencia, obteniendo resultados más que aceptables aunque se sea un verdadero tarugo. La prueba la vemos todos los días en aquellos que se ponen a adiestrar a su perro, bien sea para cazar, bien sea como mascota, con un total desconocimiento del comportamiento de la especie y el método a seguir. Ello solo es posible gracias a la extraordinaria habilidad del perro para atender y entender a los humanos, comprender las señales que estos les dan y ajustar su comportamiento en función de lo que les piden. En definitiva, es el resultado de esa comunicación que se entabla entre las dos especies. Podemos imaginar el resultado de estos adiestradores noveles frente a un delfín o un chimpancé, sería un estrepitoso fracaso. Rebajemos nuestra tasa de orgullo, en la mayoría de los casos lo que el perro aprende no es debido a nuestra capacidad para educar sino a su capacidad para obsérvanos y adaptarse a nuestros deseos. El resultado es un animal altamente adiestrable, capaz de desarrollar tareas muy sofisticadas como la de perro guía para invidentes.
EL ADIESTRAMIENTO PRÁCTICO
Hasta aquí la ciencia, ahora veamos si en el adiestramiento se han puesto en práctica estos descubrimientos científicos. La adiestradora italiana Claudia Fugazza, master en Etología Canina por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pisa, que completó su formación en el Departamento de Etología de la Universidad Eötvös de Budapest, ha creado un método de adiestramiento que denomina “Do as I do” (Haz lo que yo hago”), un adiestramiento basada en las habilidades cognitivo sociales del perro.
“Do as I do” se fundamenta en el aprendizaje vicario o aprendizaje por imitación social. Fugazza enseña a los perros nuevos comportamientos haciendo que observen e imiten a su propietario. El proyecto EDICI (Evolución, Desarrollo y Control de la Imitación Intencional), ha mostrado ya interés por este método de aprendizaje canino.
Fugazza opina que los perros tienen habilidades cognitivas muy desarrolladas y que la formación tradicional basada únicamente en la asociación y repetición de conductas no es suficiente. Apuesta por utilizar el proceso cognitivo, emocional y social de la imitación para educar al perro. La gran aportación de Fugazza ha sido la de articular el aprendizaje vicario en un método ordenado y sistemático de adiestramiento canino. Hasta la fecha, además de ofrecer numerosos cursillos sobre “Do as I do” en diversos países de Europa y en Estados Unidos, ha publicado en 2011 un libro con DVD titulado “Do As I Do - Il Cane Impara Guardandoci” (Haqihana Edizioni/ISBN: 888900620X) que explica paso a paso esta novedosa técnica de adiestramiento.
Esta es una puerta que acaba de abrirse. Claudia Fugazza ha dado solamente el primer paso en una vía de adiestramiento que en los próximos años el interés y la experiencia de otros adiestradores completará, corregirá y permitirá que llegue a ser tan habitual como los métodos de educación canónicos que se emplean actualmente. Es el signo del progreso, una torre que se construye piedra a piedra por diferentes personas a lo largo del tiempo.
En la segunda parte de este artículo haré un repaso de los requisitos que se han de cumplir en el perro para que el aprendizaje vicario tenga lugar y del descubrimiento de las neuronas espejo, un tipo de células cerebrales que son las responsables de que muchos animales, incluido el hombre, aprendan por imitación.
Para más información
VIDEOS SOBRE ADIESTRAMIENTO “DO AS I DO”
En estos vídeos Claudia Fugazza muestra la respuesta de varios perros siguiendo su método de educación vicaria  “Haz lo que yo hago”
http://www.youtube.com/user/ClaudiaFugazza
ARTÍCULOS SOBRE EL APRENDIZAJE VICARIO EN LOS PERROS
“Reproducing human actions and action sequences: “Do as I Do!” in a dog” (La reproducción de las acciones humanas y las secuencias de acción: "!Haz como yo hago!" en un perro) - por J Topál, R. Byrne y A. Miklosi
http://www.moniqueschaetti.ch/Seiten/machs_mir_nach.pdf
“Selective imitation in domestic dogs” (La imitación selectiva en el perro domestico) -  por Friederike Range
http://homepage.univie.ac.at/friederike.range/Range%20et%20al.%20Selective%20Imitation%20in%20domestic%20dogs.pdf
“Interaction between individual experience and social learning in dogs” (La interacción entre la experiencia individual y el aprendizaje social en los perros) -  por Péter Pongrácz y Adam Miklosi.
http://familydogproject.elte.hu/Pdf/publikaciok/2003/pongraczMKTCS2003.pdf

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