25 de julio de 2012

El miedo en los perros (tipos de temores y cómo tratarlos)

El miedo en los perros (tipos de temores y cómo tratarlos)

Los problemas de miedo, en la práctica, pueden dividirse en dos grandes categorías, según la naturaleza del estímulo que asusta al perro. La primera corresponde al denominado miedo social, es decir, a las personas o a otros perros. En la segunda, se incluyen las fobias a estímulos inanimados, como petardos, truenos o vehículos. A continuación, comentamos brevemente los dos problemas más frecuentes.
Miedo social (a personas u otros perros)
Los perros muestran miedo a las personas o a otros perros por dos motivos: un problema de socialización o una experiencia traumática.
Si un perro no mantiene contacto con el ser humano durante el período de socialización, podrá mostrar en el futuro un miedo intenso hacia las personas.
Un perro bien socializado que sufra una experiencia desagradable con una persona puede, a partir de ese momento, rechazar el contacto, no sólo con esa persona, sino con cualquier otra que se le acerque.
En ocasiones, pensamos que un problema de miedo se debe a que el perro ha sido maltratado de algún modo por una persona. Aunque esta explicación pueda ser a veces cierta, nunca debemos descartar la posibilidad de que el problema se deba a una falta de contacto, es decir, a un déficit de socialización.
Miedo a petardos y a truenos
Se trata probablemente de la fobia más frecuente del perro. Suele aparecer durante los primeros años de vida y empeora año tras año.
Las reacciones de los perros varían en intensidad, desde una ligera intranquilidad a una auténtica reacción de pánico, que incluye temblores, jadeo y gemidos intensos.
Los perros más sensibilizados pueden aprender a reaccionar con miedo a señales que anticipan la llegada de los petardos o de la tormenta. Un ejemplo curioso es el de algunos perros con fobia a los petardos, que demuestran las primeras señales de intranquilidad cuando sus propietarios empiezan a ver un partido de fútbol en la televisión.
¿Qué hacer?
Los problemas de miedo deben ser siempre evaluados y tratados. Además de resultar molestos, son indicativo de una falta de bienestar en el perro.
¿Cómo actuar ante un ataque de pánico?
a) Miedo social (a personas o a otros perros).
El tratamiento más moderno se basa en un sistema de adiestramiento denominado desensibilización. Se trata de exponer al perro de forma gradual al estímulo que le provoca miedo, es decir, a una persona o a otro perro. Para acelerar el proceso, se recompensa al perro con caricias, juego o comida si se muestra tranquilo.
La aplicación de este tipto de terapias no es sencilla y debe estar supervisada por un veterinario o por un educador canino.
En ningún caso deben utilizarse sistemas basados en el castigo para corregir problemas de miedo a personas o a otros perros.
b) Miedo a petardos y a truenos.
Existen dos estrategias frente a un problema de fobia a petardos y a truenos:
• Terapias curativas: Su objetivo es erradicar la respuesta de miedo, es decir, que el perro deje de asustarse de los petardos o los truenos. Para conseguirlo se aplican técnicas de desensibilizacíón en las que se utilizan grabaciones de petardos y truenos. Se trata de tratamientos complicados, que deben ser supervisados por un veterinario o un educador canino. Además, su eficacia es muy variable y en muchas ocasiones pueden aparecer recaídas.
• Terapias paliativas: Su objetivo no es eliminar el miedo, pero si controlar su intensidad cuando aparece. La base del tratamiento es la administración de medicación ansiolítica, en el momento o, mejor aún, algo antes de que aparezca el estímulo que asusta al perro. La administración de este tipo de fármacos debe realizarse siempre bajo estrecho control veterinario.
Además de la medicación, podemos seguir unos consejos generales para ayudar al perro a controlar su miedo. Ante un ataque de pánico actuaremos de la siguiente forma:
1. No acariciarlo si muestra miedo. Ante una reacción de miedo es muy importante no intentar calmar al perro. Aunque en ese momento su comportamiento pueda apaciguarse, el efecto a largo plazo será el de potenciar todavía más su miedo.
2. Acariciarlo si no muestra miedo. Si al cabo de un rato deja de mostrarse nervioso, pueden aprovecharse esos momentos para acariciarlo.
3. Permitir la retirada. Cuando están asustados, muchos perros buscan refugio, por ejemplo, debajo de una cama o detrás de un sofá. La mejor forma de proceder en tal situación es dejar que el perro permanezca allí, ya que es donde probablemente se siente más seguro. No debemos por lo tanto forzar al perro a salir de su escondite.

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