10 de febrero de 2012

dolor-sangre y arena


dolor-sangre y arena


ESTE POST CONTIENE IMAGENES QUE PUEDEN PARECER DURAS ,PERO ES LA CRUDA REALIDAD
Espero sepan comprender el verdadero mensaje del post y para eso es inevitable utilizar dichas imagenes en cualquier caso espero comprendan,un saludo

Los argumentos taurinos para defender la fiesta se vieron incrementados en el año 2007 
gracias a la aparición de una hipótesis en la que se cuestionaba el sufrimiento del toro
durante la lidia.





El estudio fue realizado por veterinarios de la facultad de veterinaria de Madrid,
y tuvo
y tiene amplio eco entre los defensores de la tauromaquia.


El veterinario José Enrique Zaldívar en su comparecencia en el Parlament de Cataluña,
expone el sufrimiento del toro de lidia.




Lo que les voy a plantear hoy, en ésta mi comparecencia, son una serie de datos objetivos
que aparecen en numerosos trabajos, muchos de ellos llevados a cabo por veterinarios 
de plazas de toros y publicados en libros y revistas científicas.




Una vez escuchada mi exposición, deberán ser ustedes los que decidan si el toro bravo 
es un animal adaptado para la lidia, que ha nacido para morir en un ruedo, y lo que es
más importante, si dicho espectáculo supone maltrato, dolor y sufrimiento para el animal,
y que por tanto sería susceptible de ser prohibido en la Comunidad Autónoma de la 
que ustedes son diputados, a través de la modificación del
artículo 6º de su Ley de Protección Animal.





La lidia consta de una serie de tercios en los que el toro es:


picado,

banderilleado,

y herido de muerte con el estoque,

siendo posteriormente descabellado

y apuntillado.





La puya

es un arma metálica cortante y punzante que consta de 6 cm de cuerda encolada 
y 2.5 cm de púa piramidal tan afilada en cada una de sus aristas como la hoja de un bisturí.

Va provista de un tope cilíndrico que debería impedir que entrara en el cuerpo 
del animal más de esos 8.5 cm.


Son muchos los estudios anatomopatológicos que se han desarrollado sobre 
cadáveres de toros lidiados para determinar las lesiones que provocan.





Los cánones taurinos marcan como lugar "ideal" para la realización de esta suerte,
la zona anatómica conocida como morrillo, que se sitúa en el cuello entre la 4ª y 6ª vértebra 
cervical, lugar donde asienta una gran masa muscular responsable junto a determinados 
ligamentos de los movimientos de extensión de la cabeza. Como podrán ver y saber 
a continuación esto casi nunca es así.






En todos, absolutamente todos los estudios consultados al respecto, se reconoce que los 
puyazos suponen, entre otras cosas, un gran daño neurológico para el toro.


En más del 70% de los toros estudiados, se ha determinado que las puyas 
son clavadas en zonas muy posteriores a la indicada como "ideal".




Las lesiones descritas afectan a más de 20 músculos, sin contar los intercostales y 
costales. Todas estas estructuras son necesarias para la movilidad del tercio anterior 
de animal, los movimientos del cuello, y de la cabeza, y para la función respiratoria.


Pero no son sólo los músculos, tendones y ligamentos los que son seccionados, 
sino también importantes venas, arterias, y nervios


Los resultados indican que la profundidad media de los puyazos es de 20 cm, 
habiéndose encontrado trayectorias de hasta 30 cm. Se sabe que una sola vara
puede abrir hasta 7,4 trayectorias diferentes.





Se reconoce que las puyas provocan fracturas de apófisis espinosas y transversas
de vértebras, fracturas de costillas, y de sus cartílagos de prolongación, y que 
pueden perforar la pleura y el pulmón, dando lugar a neumotorax.


Del mismo modo son inevitables las lesiones de la médula espinal,

las hemorragias en el canal medular,

y la lesión de nervios tan importantes como el plexo braquial 
(que se ocupa de la inervación de las extremidades anteriores),

y de las ramas dorsales de los nervios espinales que se encuentran 
paralelos a la médula

.

Las pérdidas de sangre que sufre un toro en la suerte de varas son algo contradictorias,
oscilando entre el 8 y el 18% de su volumen sanguíneo. Un toro de 550 kilos perdería
entre 3 y 7 litros de sangre tras los puyazos.





Las banderillas,


que se clavan en número de seis, llevan en su extremo un arpón de acero cortante 
y punzante, que en su parte visible será de una longitud de 4-6 cm.


Desgarran muchas de las estructuras anatómicas lesionadas con anterioridad por las puyas,
y producen lesiones en unos 10 cm alrededor de donde han sido insertadas,
aumentando la pérdida de sangre en el animal.


El estoque,


una espada curvada de 80 cm de largo, debería lesionar o secciónar los grandes 
vasos que asientan en la cavidad torácica, es decir, la vena cava caudal y la arteria
aorta posterior.




Lo que sucede con más frecuencia es que el estoque lesiona cordones nerviosos
laterales a la médula, lo que provoca la desconexión de todo el aparato motor 
de la caja torácica, lo que añadido a la gran lesión del pulmón derecho, da lugar
a una dramática dificultad respiratoria.






La sangre pasa del pulmón a los bronquios, de allí llega a la traquea, 
y sale al exterior por la boca y la nariz.


En otras ocasiones se atraviesa el diafragma, lo que va a producir una 
parálisis por lesión del nervio frénico; la lesión del nervio frénico puede determinar 
compromiso de la función diafragmática con insuficiencia respiratoria.


Se dan casos en que las estocadas son tan traseras que pueden llegar a penetrar 
en el hígado y la panza.


En otras ocasiones veremos unos pequeños hilos de sangre en la boca y en la nariz.
Esto sucede cuando el estoque ha tocado la parte más externa de los pulmones
y el toro se traga su propia sangre.






En 57 corridas estudiadas (342 reses) tan sólo el 20% de las estocadas 
lesionaron la vena cava caudal.


En el año 2003 se publicó un estudio en el que tras el análisis de 434 toros 
se certifica la presencia de émbolos en el tejido pulmonar y hepático en un alto
número de animales, que se atribuyen a la irrupción de la espada en la región
intratorácica, órganos intraabdominales, así como en las estructuras vasculares.






La lidia concluye con el descabello y la puntilla.


El descabello


se realiza con una espada similar al estoque, pero que lleva un tope de 10 cm. 
Su misión es lesionar y seccionar la médula espinal entre la 1ª y 2ª vértebra cervical.


La puntilla


se le da al toro con un cuchillo de 10 cm de hoja, que una vez introducido 
en el espacio occipito-atlantoideo secciona el bulbo raquídeo, provocando
la parálisis general del animal con disminución de la presión arterial.


Los movimientos respiratorios se van paralizando y la sangre circulante, 
cargada de CO2, produce hipoxia en el encéfalo. Se dice que provoca la muerte 
instantánea del toro, pero no es cierto, ya que va a dar lugar a la la muerte por asfixia.





"¿Esto duele? ¡Claro que duele!", exclamó JorgeWagensberg con un estoque.



Algunos animales presentan durante algún tiempo después reflejos que 
son compatibles con la vida.

La puntilla está prohibida en todos los mataderos de la UE por considerarse 
un método cruel de dar muerte a un animal.







Pero no son sólo éstos los datos que les puedo aportar para demostrar que 
la lidia es un acto cruel de maltrato animal, con una profunda repercusión en 
las constantes vitales del toro, lo que demuestra el sufrimiento físico y
psíquico a que es sometido.


En estudios realizados para determinar las alteraciones metabólicas que sufren estos 
animales queda patente su incapacidad para adaptarse a la misma.


32 parámetros sanguíneos han sido estudiados en cientos de toros lidiados 
y dados muerte en la plaza. Todos estos valores sufrieron importantes modificaciones
en un espacio de tiempo relativamente corto, el que dura la lidia, y todas las alteraciones, 
tanto a la alta como a la baja, pueden ser consideradas como patológicas.





Estos animales presentan graves alteraciones:

hepáticas,

renales,

del equilibrio ácido básico,

del recuento de células sanguíneas,

y de sus valores hormonales.


En el dossier que se les ha entregado tienen una amplia información al respecto.


Estas analíticas revelan un grave estado de hemoconcentración y deshidratación 
por la pérdida de fluidos que experimenta el animal.


La presencia de un pH ácido en la sangre en el 93,5% de los toros analizados, 
demuestra un estado de acidosis metabólica que podemos considerar como grave.





Un pH sanguíneo bajo significa que la sangre contiene demasiado ácido, 
lo que es perjudicial para las células del organismo. El origen de este estado 
patológico hay que buscarlo en el sobreesfuerzo que supone la lidia, para la que
el toro no está preparado.


También ha sido merecedora de estudio la función respiratoria del toro
durante la lidia, mediante la medición de gases sanguíneos (gasometría).
De estos trabajos podemos deducir un gran sufrimiento.


Las mediciones incluyen la presión parcial de oxígeno (PO2), 
la presión parcial de dióxido de carbono (PCO2), el pH, el bicarbonato (HCO3-), 
el dióxido de carbono total (TCO2), el exceso de bases (EB), 
y la saturación de oxígeno (sO2).





Los valores obtenidos después de la lidia demuestran la incapacidad de los
pulmones para eliminar el CO2 que se está produciendo, disminuyendo 
la presión parcial de oxígeno (PCO2) y aumentando la presión parcial
de dióxido de carbono (PO2).






Una muestra más de la incapacidad del toro para adaptarse al castigo
a que es sometido.


Según el taxidermista de la plaza de toros de Las Ventas, el 60% de las cabezas
de toros sobre las que ha trabajado, presentan fisuras o fracturas de cráneo.

Un conocido crítico taurino, se refirío a esta circunstancia como el 
"crimen del estribo del picador"


Un estudio realizado sobre más de 6000 toros revela un gran número 
de lesiones oculares que sufren estos animales durante la lidia, en el
desembarco del camión, o durante la espera previa a su salida a la plaza.







Las puyas tendrán la forma de pirámide triangular, con aristas o filos rectos; 
de acero cortante y punzante y sus dimensiones, apreciadas con el escantillón, 
serán: 29 milímetros de largo en cada arista por 19 de ancho en la base de cada
cara o triángulo; estarán provistas en su base de un tope de madera, cubierta de 
cuerda encolada de tres milímetros de ancho en la parte correspondiente a cada
arista, cinco a contar del centro de la base de cada triángulo, 30 de diámetro
en su base inferior y 60 milímetros de largo, terminada en una cruceta fija de
acero, de brazos en forma cilíndrica, de 50 milímetros desde sus extremos a la
base del tope y un grosor de ocho milímetros" Artículo 64. REAL DECRETO 145/96


En un 23% de ellos, se encontraron úlceras de córnea, desprendimientos 
de retina, luxaciones y subluxaciones de cristalino, fractura del borde 
orbitario en el arco superciliar, y hemorragias intraoculares.





Esta foto de la terrible cornada que sufrió este caballo en la plaza de
Las Ventas fue distribuida por las agencias, pero no fue publicada para no
transmitir al público que el toreo es una afición bárbara e irracional donde 
se torturan animales sin sentido. Valga su publicación aquí para oponerse 
una vez más a esta salvajada inhumana.




Incidiendo en el estudio al que he hecho referencia al comienzo de mi exposición, 
y en el que nada se dice de todas las alteraciones orgánicas y anatómicas 
que he descrito, les haré una serie de puntualizaciones con respecto a las 
afirmaciones que en él se hacen, y que concluyen minimizando 
el sufrimiento, 
el estrés y el dolor que padece el toro durante la lidia, y transformándolo
en un animal adaptado para tal fin.


El estrés es la "situación de un individuo o de alguno de sus órganos o 
aparatos, que, por exigir de ellos un rendimiento superior al normal, 
los pone en riesgo de enfermar", es decir, una verdadera amenaza para 
la homeostasis, que es la tendencia de los organismos para mantener
la estabilidad de componentes fisiológicos vitales como el pH, 
la temperatura corporal, los electrolitos, o la tensión de oxígeno, 
por lo que mantener en equilibrio sus valores en un rango estrecho es 
esencial para la supervivencia del individuo.





Como se puede comprobar trás el estudio de las análiticas, el organismo 
del toro durante la lidia no puede conseguir dicho equilibrio lo que 
demuestra su inadaptación a la misma.


Se nos dice que el tálamo del toro es más grande que el del resto de los 
bóvidos (aproximadamente un 20%), y que por ello estos animales 
son capaces de responder al dolor con más rapidez. Evidentemente 
no puedo negar esta afirmación, la de su tamaño, pero si les puedo 
decir que el tálamo no es el encargado de responder ante el dolor.


Esta estructura neuronal situada en el centro del cerebro es la que
procesa las sensaciones, propaga los impulsos y quizás los integra, 
pero es la corteza cerebral la que decide la respuesta que se debe producir.






Se afirma también que el toro carece de neuronas memoria, lo que haría 
que careciera de recuerdos en lo que respecta al dolor.


La percepción del dolor requiere un reconocimiento cortical del estímulo 
como no placentero. Además, el dolor es una experiencia subjetiva sensorial 
y emocional que requiere la existencia de conciencia.


El aprendizaje, la memoria, y el comportamiento agresivo, dependen en
gran medida de unas estructuras cerebrales que reciben el nombre 
de hipocampo y amígdala, y no del tálamo.





Cualquier mamífero tiene tres memorias: memoria sensorial 
que opera en un tiempo inferior a un segundo,memoria a corto plazo, 
que no se prolonga más allá de 15 a 20 segundos, y memoria a largo plazo.




Las tres interactuan conjuntamente y se envian información,
y tienen una función definida. La primera de ellas está fuera del control 
de la consciencia, y actua de manera autómatica y espontánea en todos los mamíferos.


En un estudio que lleva por título: 
"Comportamiento del toro de lidia frente al caballo y la muleta",
se puede leer:"la tienta con muleta en el toro de lidia es inviable dada la 
capacidad de aprendizaje de estos animales".





Entiendo que el aprendizaje lleva aparejado el recuerdo, que se le niega al 
toro de lidia, y creo evidente que el toro de lidia, a lo largo de su vida, 
ha tenido contacto con sensaciones que le han provocado dolor, y que por tanto 
debe tener conciencia y memoria sobre él.


En este mismo estudio se nos dice que el toro se adapta perfectamente
a la lidia, ya que el cortisol, hormona medidora del estrés determinada 
en toros muertos en el ruedo, presenta valores menores que el medido 
después del transporte, y que el de los toros que fueron devueltos a los
corrales por no ser aptos para la misma, lo que hace suponer que el viaje y 
la salida al ruedo les estresan más que la lidia en sí.





En dos tesis doctorales, presentadas en la facultad de veterinaria de 
Madrid (2002, y 2006), y dirigidas por el mismo veterinario que ha hecho 
estas afirmaciones, se dice todo lo contrario: "los toros lidiados y dados muerte 
en el ruedo, presentaban niveles hormonales de cortisol más altos que los tomados como control, que son los devueltos por no ser aptos para la lidia, y se concluía que la lidia suponía
un importante estrés para el toro, ante el que intenta adaptarse".


Los estudios a los que he hecho referencia sobre las análiticas en toros 
lidiados, y algunos otros, demuestran que el cortisol está por encima de los 
valores considerados como normales, y que el toro sufre un gran estrés al ser lidiado.
Ante la duda que puede se puede plantear al respecto, les diré que:


"Cuando existen lesiones en las vías de transmisión del sistema nervioso, 
indispensable para que se produzca una respuesta endocrina ante estímulos
estresantes mediada por el sistema nervioso, dicha respuesta se puede ver 
amortiguada o evitada por lesiones neuronales o de la médula espinal".


Descubrimientos muy recientes indican que las betaendorfinas podrían 
inhibir las descargas de los precursores hormonales que darían lugar a
las descargas de cortisol.






Dado que al parecer el toro durante la lidia, descarga estas sustancias 
en gran cantidad, podría ser ésta otra de las razones por lo que el cortisol 
medido no sea el esperado.


El agotamiento del toro ante la lidia (tercera fase del Síndrome de Adaptación de Selye), 
debe ser tenido en cuenta en las determinaciones hormonales por lo que 
respecta al cortisol, y deberían valorarse los numerosos daños físicos y 
alteraciones metabólicas que sufre el animal, y que demuestran su inadaptación.


Los análisis sanguíneos en toros lidiados indican altos niveles de 
potasio y bajos niveles de sodio y de cloruros, compatibles con el posible agotamiento 
de la glándula suprarrenal encargada de descargar el cortisol, y la aldosterona.






"El bienestar animal a de abordarse bajo 
bases científicas verdaderas.

La percepción errónea de los animales como 
seres que no sienten y que por tanto son incapaces
de sufrir, hace que se desarrollen actitudes
negativas hacia ellos, que se reflejan en 
conductas de neglicencia, crueldad o 
trato irrespetuoso".



Terminaré citando a Sófloques que decía:


"una mentira nunca vive hasta hacerse vieja",



Muchas gracias señora presidenta y señoras, y señores diputados.


José Enrique Zaldívar Laguía.

Veterinario. 14 MARZO 2010




La Organización de Naciones Unidas (ONU), aprobó la Declaración
Universal de los Derechos de los Animales:


“Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad”.


Por otra parte, en 1980 la UNESCO, máxima 
autoridad mundial en materia de Educación, Ciencia y Cultura, dictaminaba:


“La tauromaquia es el infame y 
comercializado
arte de torturar y
matar animales en público. Traumatiza a los niños y 
a los adultos sensibles.


Agrava el estado de los neurópatas atraídos por tales espectáculos.


Desnaturaliza la relación entre las personas y los animales.


Constituye un desafío gravísimo a la moral, la educación, la ciencia y la cultura”.




POR QUE LA UNESCO NO DECLARE LOS TOROS Patrimonio de la Humanidad


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