La
etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales.
Aunque los seres humanos se han interesado siempre por las costumbres de
los animales –a menudo por razones de tipo práctico-, la etología es
una ciencia relativamente reciente y sus objetivos y métodos no se
establecieron formalmente hasta la segunda mitad del siglo XX. Más
concretamente, en el año 1963 Nikolaas Tinbergen, un científico holandés
que desarrolló buena parte de su carrera profesional en Gran Bretaña,
publicó un artículo científico titulado, precisamente, "
Acerca de los objetivos y métodos de la etología".
Algunos años más tarde, Tinbergen, Lorenz y von Frisch recibirían el
premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus estudios sobre el
comportamiento de los animales, de modo que la etología se convertiría
en una ciencia con entidad propia.
De una forma muy sencilla, la etología tiene dos objetivos: describir y
explicar el comportamiento de los animales. Por esta razón algunos
autores dicen que la etología pretende estudiar qué hacen los animales y
por qué lo hacen. La descripción de la conducta de los animales se
realiza mediante la observación, y de ahí que la imagen característica
de un/a etólogo/a sea la de una persona que pasa muchas horas observando
y registrando la conducta de los animales. La explicación de la
conducta, por otra parte, requiere trabajos experimentales o de
comparación entre especies. De acuerdo con el artículo de Tinbergen al
que nos hemos referido antes, explicar la conducta supone estudiar su
control –es decir, los mecanismos fisiológicos que son responsables de
la misma-, ontogenia –cómo cambia a lo largo de la vida del animal-,
función –cómo contribuye a la supervivencia y éxito reproductivo del
individuo que manifiesta la conducta – y evolución –de que manera la
conducta se ha modificado a lo largo de la historia evolutiva de la
especie-. Estos cuatro aspectos del comportamiento de los animales
–control, ontogenia, función y evolución- se conocen a menudo como las
cuatro preguntas de Tinbergen.
El término "
etología clínica" se utilizó por primera vez en los
años setenta para hacer referencia al estudio de los cambios de conducta
que los veterinarios utilizan para diagnosticar las enfermedades de los
animales. Actualmente, el objetivo de la etología clínica es más amplio
e incluye la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los
problemas de comportamiento de los animales domésticos. Los problemas de
comportamiento son aquellas conductas de los animales que resultan
peligrosas o molestas para las personas, o que pueden causar una lesión o
una enfermedad en el animal que las manifiesta. Algunos ejemplos de
problemas de comportamiento del perro y del gato son la conducta
agresiva, la eliminación en lugares inapropiados, el ladrido excesivo o
las conductas de automutilación. Algunos problemas de comportamiento son
el resultado de una enfermedad, mientras que otros son la expresión de
una conducta normal que, sin embargo, resulta inapropiada en el entorno
doméstico.
Los problemas de comportamiento son relativamente frecuentes y
disminuyen la satisfacción que proporciona el hecho de tener un animal
de compañía. Por otra parte, muchos problemas de comportamiento
disminuyen del bienestar de los animales y, en el caso del
comportamiento agresivo, pueden suponer un peligro para las personas o
para otros animales. Afortunadamente, la mayoría de los problemas de
comportamiento de los animales domésticos pueden resolverse, aunque,
como ocurre con cualquier otro problema, el tratamiento es tanto más
fácil y eficaz cuanto antes se identifica el problema y se consulta al
veterinario especialista en etología.
Xavier Manteca, Marta Amat y Valentina Mariotti
Facultad de Veterinaria,
Universitat Autònoma de Barcelona
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