ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO EN EL PERRO
ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO POR CAUSA ORGÁNICA
Los
problemas de comportamiento en los perros son extremadamente
corrientes. Según diversos estudios, la prevalencia de ellos se
encuentra entre el 40% y 80%. En un estudio epidemiológico realizado en
EEUU, aproximadamente el 40% de los perros había gruñido a sus
propietarios y el 15% los había mordido.
Los problemas de comportamiento hacen peligrar el vínculo entre seres
humanos y animales y son una causa importante de renuncia o eutanasia de
perros sanos. Por consiguiente, vosotros, vuestros perros, y nosotros
los veterinarios, nos beneficiaremos de la prevención y tratamiento de
los problemas de comportamiento que puedan presentar vuestras mascotas.
En palabras del Dr. Luescher, la intervención conductual se refiere al
reconocimiento de un problema de conducta que ocasiona un problema
médico.
Las modalidades terapéuticas comprenden cambios en los cuidados
(alojamiento, alimentación, ejercicio, métodos de adiestramiento),
modificación de la conducta, y tratamiento farmacológico.
El
término etología clínica veterinaria se utilizó por primera vez en
1969, en un artículo publicado en la revista British Veterinary Journal.
El autor se refería con dicho término al estudio de los cambios de
conducta que son consecuencia de enfermedades y que, por lo tanto,
tienen interés diagnóstico.
Cuando nos referimos a “problemas del comportamiento” estamos abarcando
un campo muy grande, que es aplicable a cualquier pauta de conducta de
un animal doméstico que resulte peligrosa o simplemente molesta. En
muchos casos, los problemas de comportamiento son consecuencia de pautas
de conductas normales, propias de la especie en cuestión, como puede
ser las la agresividad en el perro.
En otras ocasiones, sin embargo, los problemas de comportamiento son
reflejo de una alteración orgánica. En consecuencia, cuando estemos ante
un problema de conducta en un perro siempre deberemos tener en cuenta
que ése animal puede tener una enfermedad. Podemos decir por tanto que,
la solución de esos problemas debe pasar en primer lugar por las manos
de un veterinario, ya que en muchas ocasiones será necesario el uso de
fármacos para el adecuado tratamiento de esos trastornos. Esto no
implica un menosprecio a los educadores caninos, pero debemos ser
nosotros los que decidamos su intervención en los casos en que lo
estimemos oportuno.
Podemos
decir que el estudio del comportamiento animal es muy útil en el
diagnóstico de enfermedades, ya que muchas de ellas provocan cambios de
conducta en el perro. Estas alteraciones son muy aparentes y en
ocasiones constituyen la primera indicación de enfermedad.
AGRESIVIDAD
En
los muchos años que llevo practicando la veterinaria clínica de
pequeños animales, el motivo más habitual de consulta en cuanto a
trastornos de comportamiento, se produce cuando el perro se muestra
agresivo hacía las personas o hacía otros perros. Este tipo de
agresividad puede ser clasificada dentro de lo que se conoce como
agresividad por dominancia o competitiva en la mayoría de los casos.
Podemos decir que este tipo de comportamiento se encuentra influenciado
por factores hormonales, por experiencias previas y por factores
genéticos. Las evidencias experimentales confirman en líneas generales
la idea de que los andrógenos aumentan la conducta agresiva, aunque con
matices importantes. Es cierto que aumentan la agresividad de tipo
ofensivo, pero no tienen ningún efecto sobre la de tipo defensivo. No
existe correlación entre la concentración plasmática de andrógenos y la
conducta agresiva de un individuo. Hay perros que muerden porque son
dominantes o por miedo, y en muchas ocasiones porque tienen alguna
enfermedad que hace que se desencadenen este tipo de reacciones.
Es por tanto de suma importancia que antes de acudir a un profesional
de la educación, se realice un estudio exhaustivo del animal para
descartar alguna patología que este provocando este comportamiento.
Estos estudios deben incluir un análisis completo de sangre que incluirá
algunas determinaciones hormonales, y una evaluación neurológica.
Además, en muchas ocasiones, como en la agresividad por dominancia en
caso de machos, podrá ser resuelta con la castración, aunque se dan
casos en que este tipo de solución no es suficiente. Por el contrario,
la castración en una hembra que se ha mostrado agresiva, podrá agravar
el problema.
Hay
muchos perros que se muestran agresivos con sus dueños o con otros
perros porque padecen algún tipo de dolor que en ocasiones pasa
desapercibido para vosotros. En la mayoría de las ocasiones serán
dolores de tipo músculo esquelético, pero también podrán localizarse en
la cavidad oral o en el oído. Un perro enfermo con malestar general,
fiebre, problemas de vejiga, o dificultad respiratoria, también podrá
mostrarse agresivo si se le molesta demasiado. En ocasiones, la pérdida
de visión también puede provocar reacciones de este tipo. Se da con
relativa frecuencia en perros con cataratas que tienen la visión
nocturna algo disminuida.
La agresividad puede ser consecuencia de traumatismos craneales, así como de tumores o de infartos cerebrales.
Enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo pueden provocar
agresividad con patrones de comportamiento de agresión competitiva. En
ocasiones, los perros afectados no muestran ningún síntoma de los que
suelen acompañar a esta enfermedad (apatía, hipotermia, alopecias
cutáneas, obesidad).
La hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo a
nivel de encéfalo) en cachorros puede provocar este tipo de conducta
atípica, que podrá pasar desapercibida si no hay una clara deformación
del cráneo o estamos las primeras etapas de la enfermedad..
La agresividad puede ser consecuencia de epilepsia psicomotora, que se
puede presentar con o sin convulsiones musculares. El ataque epiléptico
en estos casos puede consistir en cualquier conducta extraña, incluyendo
agresividad súbita. A veces esta agresión no se dirige hacía personas,
sino que el perro morderá objetos.
Existe una agresividad por lo que se conoce como lapsus mental y que se
manifiesta por ataques súbitos e imprevistos. La aparición del
trastorno se presenta entre 1 y 2 años.
Otros problemas que pueden desencadenar conductas agresivas son
enfermedades víricas que afecten al sistema nervioso central,
intoxicaciones (plomo), encefalopatías metabólicas y lisencefalia
(alteración en la estructura normal de la corteza cerebral). Algunos
perros afectados de moquillo, muestran conductas agresivas una vez que
el virus a atacado el sisteme nervioso.
PICA
En
ocasiones, los perros muestran conductas anómalas, que consisten en la
ingestión de materias que nada tienen que ver con los alimentos. La más
frecuente es la ingestión de heces (coprofagía). En ocasiones, las
menos, se deberá a un problema nutricional o a alguna enfermedad que
provoque trastornos digestivos, especialmente relacionados con falta de
enzimas digestivas, como ocurre en la insuficiencia pancreática
exocrina. Teniendo en cuenta estas circunstancias, es importante
descartar antes de iniciar cualquier tratamiento modificador de esta
conducta, la presencia de algún problema relacionado con el aparato
digestivo.
POLIDIPSIA
La
polidipsia se caracteriza por un excesivo consumo de agua. En
condiciones normales, el consumo diario de agua no debería sobrepasar
los 90-100 ml/kg al día. Podemos clasificar la polidipsia en primaria o
psicógena y en secundaria.
La psicógena no es muy frecuente en el perro, pero dado que se trata de
un trastorno del comportamiento, me ha parecido conveniente apuntarla
en el presente artículo.
Son muchas las enfermedades del perro que provocan un aumento de la
sed, y todas ellas deben ser descartadas antes de tratarlo como un
problema de conducta. La fiebre, los problemas digestivos, las
patologías renales, los problemas hepáticos, las infecciones de matriz,
la diabetes azucarada, la diabetes insípida, el síndrome de Cushing,
pueden ser la causa de la presentación de este síntoma.
Cuando se presenta la poliuria psicógena nos encontraremos con un perro
que bebe de 4 a 6 veces por encima de lo normal. Afecta principalmente a
perros de razas grandes, y podría ser debida a situaciones de estrés.
El tratamiento consistirá en restringir el consumo de agua, y en
determinar y eliminar las causas del estrés.
ELIMINACIÓN INADECUADA
Los problemas de eliminación inadecuada (el perro hace sus necesidades
fisiológicas en lugares no aceptables) es otra de las causas de consulta
por problemas del comportamiento. El problema es que no siempre se debe
a alteraciones que un adiestrador pueda resolver, sino que son
provocadas por una alteración orgánica.
Entre las causas orgánicas que pueden provocar una eliminación
inadecuada de orina, nos encontramos con los trastornos que provocan una
mayor ingestión de agua, y por tanto una mayor eliminación de orina, y
viceversa. Podemos hablar también de todas aquellas patologías que
induzcan polaquiuria, o incontinencia urinaria.
Ante un perro que presente estos trastornos, se deberá proceder a un
estudio exhaustivo que comprenderá una inspección, y una analítica
completa de sangre y de orina. En función de los resultados obtenidos,
se harán los exámenes complementarios pertinentes. En el apartado
correspondiente a la polidipsia he nombrado alguna de las enfermedades
que pueden causar este problema.
Además del marcaje territorial, los problemas de micción inadecuada sin
una causa orgánica se podrán deber a la falta de aprendizaje, ansiedad
por separación, fobias, y sumisión extrema.
La eliminación inadecuada puede hacerse patente también por la
defecación en lugares inadecuados. En cualquier caso, habrá que
descartar primero posibles problemas que puedan tener relación con el
aparato digestivo, y si no se encuentran, deberá pensarse en los
trastornos apuntados un párrafo más arriba.
En perras castradas no es infrecuente encontrarnos con incontinencia
urinaria debida al déficit de estrógenos, cuya única corrección posible
será mediante un diagnóstico certero y una medicación adecuada.
PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO RELACIONADOS CON LA CONDUCTA SEXUAL EN EL MACHO
No es infrecuente que los veterinarios recibamos consultas por vuestra
parte sobre determinados comportamientos sexuales “aberrantes” de
vuestro perros, especialmente de lo que se conoce como hipersexualidad o
satiriasis. Os puedo decir que muchos perros, que durante el periodo
sensible de socialización han estado en contacto con personas y aislados
de otros perros pueden dirigir su conducta sexual hacía personas al
llegar a la madurez sexual e incluso antes.
En otro orden de cosas, los procesos patológicos que produzcan dolor en
el pene o en el tercio posterior- hernias discales, displasia de
cadera- pueden dificultar la monta natural o la introducción del pene, y
a larga disminuir la motivación sexual del animal. Existen además
alteraciones cromosómicas y síndromes de hermafroditismo que pueden ser
causa de problemas en la conducta sexual.
Será importar localizar la posición de los testículos, ya que los
perros con criptorquidia, suelen presentar con más frecuencia este tipo
de comportamientos.
Cuando un perro se masturba con objetos inanimados, o dirige su la
monta hacía otros machos, hacía individuos jóvenes o hacía personas, la
castración quirúrgica suele dar muy buenos resultados. Aún así, es
importante recordar que la masturbación es una conducta normal,
especialmente en individuos jóvenes. Yo no soy partidario del uso de
progestágenos para inhibir este tipo de comportamientos por los
numerosos efectos secundarios que pueden provocar.
DERMATOSIS PSICÓGENAS
Se
trata de una serie de patologías que afectan a la piel, provocadas por
una conducta de grooming (pautas de conducta relacionadas con el cuidado
de la superficie corporal) excesiva que, teóricamente, no pueden
explicarse por lesiones pruriginosas.
En el perro, la manifestación más frecuente de este comportamiento
anormal es la dermatitis acral por lamido, que se presenta con relativa
frecuencia en razas grandes.
El lugar más frecuente de localización de la lesión dérmica es la zona
de dorsal del carpo, metacarpo, tarso y metatarso. Los perros afectados
se lamen de forma continua, llegando a provocarse importantes lesiones
en algunos casos.
Muchos dermatólogos consideran que estos problemas cutáneos, no se
deben a alteraciones de la conducta sino que tienen una causa orgánica.
Yo estoy bastante de acuerdo en esta apreciación, por lo que me parece
sumamente importante descartar problemas dermatológicos antes de
establecer cualquier tipo de tratamiento.
En muchas ocasiones, problemas banales se acaban haciendo crónicos por
culpa de los propietarios que, creyendo que regañando el animal
solucionaran la situación, lo único que hacen es provocar un
reforzamiento de la mala conducta.
En ocasiones oímos hablar del aburrimiento como causa de las dermatitis
psicógenas, pero son muchos los veterinarios que se cuestionan si
realmente podemos hablar en estos términos tratándose de perros. ¿Se
aburren realmente? ¿Puede tener un perro ese tipo de sensaciones? ¿No
será que utilizamos este tipo de explicaciones cuando no sabemos
explicar las razones que desencadenan este tipo de problemas?
En algún caso, las dermatitis acrales se han relacionado con lo que se
conoce como ansiedad por separación, de la que luego hablaremos. Pudiera
ser así, ya que en algunos de estos casos, ha dado excelentes
resultados el uso de antidepresivos. En otras ocasiones se han
relacionado con trastornos obsesivo compulsivos, y en otras, el uso de
antagonistas de los opiáceos ha servido para establecer un diagnóstico
por exclusión.
CONDUCTAS ESTEREOTIPADAS
Los comportamientos compulsivos pueden considerarse una expresión de
estrés, frustración o conflicto emocional. Las lesiones físicas o las
irritaciones, como las ocasionadas por alergias, pueden desencadenar un
trastorno compulsivo ya que aumentan el estrés y dirigen el
comportamiento compulsivo a una parte del cuerpo.
Se trata de conductas repetitivas, que carecen de una función
reconocible. Las más frecuentes en el perro son la persecución de la
cola y la caza de moscas. En otras ocasiones, veremos al animal realizar
desplazamientos repetidos o ladrar de forma compulsiva.
Cuando vemos a un perro realizar este tipo de acciones, deberemos
descartar que se deben a una causa orgánica. Si conseguimos inhibirlas
con facilidad y se manifiestan sólo esporádicamente, seguramente se
tratará de un problema de comportamiento primario, y si no es así, se
deberá a alguna causa orgánica. Se tratará por tanto, y en primer de
descartar que exista un problema fundamentalmente de tipo neurológico.
En el caso de persecución de la cola, debemos descartar procesos que
provoquen dolor, como puede ser lo que se conoce como cauda equina que
deberá ser tratada adecuadamente.
La mayoría de estas conductas atípicas necesitan el uso de fármacos,
por lo que difícilmente un adiestrador podrá solucionarlos.
DISFUNCIÓN COGNITIVA
Es
un cambio en los comportamientos interactivos, concurrentes con el
envejecimiento. Es un modelo animal potencial de los cambios cognitivos,
dependientes de la edad, que se presentan en personas. Las conductas
asociadas pueden acompañarse de lesiones del síndrome de Alzheimer Por
desgracia, en el diagnóstico no nos podemos valer de los métodos que se
aplican en medicina humana.
ANSIEDAD POR SEPARACIÓN
Es
uno de los problemas más frecuentes que desde hace algunos años nos
exponéis en la consulta. Antes, era frecuente que el perro pasara la
mayor del día acompañado, pero en la actualidad, la mayor parte de ellos
pasan muchas horas solos dentro del hogar. Esta soledad les provoca
miedo y ansiedad, y les lleva a desarrollar comportamientos que son
inaceptables. Resulta curioso leer en algunas revistas americanas que,
la ansiedad por separación se hace cada día más frecuente en perros
recogidos en refugios.
Así, nos encontramos con perros que ladran sin parar, miccionan o
defecan en cualquier lugar de la casa, destruyen los muebles y enseres, o
vomitan, presentan diarrea, o se lamen de forma compulsiva.
Creo que es ésta una enfermedad donde el trabajo de adiestradores y
veterinarios queda perfectamente complementado, ya que no conozco ningún
caso en que, sin unas adecuadas pautas de reconducción de la conducta
indeseada y el uso al mismo tiempo de fármacos adecuados resuelva el
problema. Aún así, existen escritos de adiestradores y de veterinarios
que afirman lo contrario.
FOBIAS Y MIEDOS
Las fobias y los miedos también son capaces de provocar graves
problemas de comportamiento en algunos perros. La intensidad de
respuesta al miedo dependen de las experiencias previas y de factores
genéticos. La heredabilidad del carácter miedo parece ser muy alta en el
perro doméstico. Está por otra parte demostrado, que una buena
socialización evitará estos problemas que en muchas ocasiones suponen un
problema de gran impacto para muchos propietarios.
Lo cierto es que las fobias y miedos se han derivado casi siempre a los
adiestradores, cuando se sabe que algunos perros podrían tener una
sensibilidad auditiva superior a la normal, de modo que un sonido
intenso causaría aversión por si mismo. El determinar si esto es así o
no, deberá ser trabajo del veterinario.
Por otro lado, varios trabajos realizados en humanos y en animales de
experimentación indican que la causa de algunos trastornos fóbicos y de
naturaleza similar podría estar en una alteración del locus coeruleus
(LC) y de las vías noradrenérgicas que concurren en él. El LC es una
estructura del sistema nervioso central que parece tener gran
importancia en la expresión de la respuesta del miedo en los animales.
Podemos pensar por tanto, que las fobias en el perro, al menos en parte,
podrían tener una causa orgánica.
Es habitual que los adiestradores opten, en caso de miedo a
determinados ruidos, por someter al perro a una exposición gradual a
esos estímulos de forma que se vaya habituando poco a poco a ellos. El
problema es que, a menudo, esa exposición gradual es imposible porque no
puede reproducirse el estímulo, ni menos aún modificarse su intensidad.
Por ello, si la presentación natural del estímulo que desencadena la
fobia es hasta cierto punto predecible, quizás sea más aconsejable
controlar el problema con la administración de tranquilizantes que
intentar corregirlo.
Teniendo en cuenta lo anteriormente manifestado, no vamos a negar que
en muchas ocasiones la exposición gradual al estímulo que provoca el
problema, empezando de forma atenuada y con bajas intensidades, puede
ser positivo e incluso solucionar el problema. Podemos decir que se
trata de una desensibilización.
Dado que con mucha frecuencia este proceso es demasiado lento, por la
dificultad que muchas veces muestran los perros para este tipo de
aprendizajes, parece conveniente en estas situaciones el uso de
ansiolíticos o de antidepresivos que como no podría ser de otra manera,
deben ser prescritos y dosificados por loe veterinarios.
José Enrique Zaldivar Laguía
Clínica Veterinaria Colores.
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